¿Qué pasa con esos objetos que sirven una vez al año y luego se olvidan? Se guardan en donde sea que haya un recoveco, privados de toda vida y utilidad. Fuera del contexto específico pierden toda funcionalidad. Sin embargo, cuando están en uso son la pieza principal del ambiente y poseen una carga simbólica enorme. 
Los objetos navideños cumplen con todas estas características, si acaso no son el objeto inútil por excelencia.  ¿Qué pasa con su aura cuando no están siendo funcionales? ¿Puede ser que los objetos tengan vida más allá de su cualidad inanimada? ¿Qué pasa con este pino cuando lo guardamos, pasa a una vida pasiva o a la no-vida? ¿Y los adornos guardados en una caja de alfajor fantoche que quedan invisibilizados, despojados de cualquier tipo de elegancia?
En nuestro trabajo no sólo les damos una segunda oportunidad a todos estos objetos de revivir, sino también exploramos su momento más pasivo. Buscamos su aura cuando pareciera ya no la tienen